" Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con Él. Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua."
(San Juan, 19, 33-34).
Santísimo Cristo de la Lanzada
Joaquín Moreno Daza, 1.986
Paso de Misterio
Ntra. Sra. de los Dolores
Manuel Domínguez Rodríguez, 1.966
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