El pasado viernes 30 de noviembre entregaba su alma al Señor nuestra Hermana Dª AMALIA PÉREZ HINOJOSA, a los 85 años de edad. Su cuerpo recibió ayer cristiana sepultura tras una emotiva Misa concelebrada por nuestro Párroco D. Angel Lara y los que fueron sacerdotes en Santa Cruz, D. Domingo Ruiz, D. Juan José Romero y D. Antonio Palma.
Nuestra Hermandad y nuestra Comunidad Parroquial viven días de luto por tan sensible pérdida; mujer querida y respetada, atenta y servicial, rebosante de dulzura y cariño; mujer de Iglesia, de Fe recia e inquebrantable, ejemplo de Vida Cristiana que ha sabido transmitir a los suyos el Amor y Servicio a Jesucristo, desde la generosa entrega a Dios hasta sus últimos días.
Amalia era Hermana de nuestra Cofradía desde su fundación y todos conocemos y hemos vivido la gran devoción que sentía por nuestra venerada Virgen de los Dolores, a quien tan presente tuvo siempre en su vida y en su hogar.
Su medalla de Hermandad anundada al Cristo Crucificado de su féretro es símbolo y afirmación de una Fe sin fisuras, ejemplo y camino para todos nosotros, cristianos cofrades de Santa Cruz.
Ella ya está en la Cofradía del Cielo junto a tantos de los nuestros; ya goza de la Luz infinita de Dios Padre y podrá mirar de frente a la Virgen y Madre que tanto amó.
Mientras tanto, muchos de los que llevan su sangre y su apellido serán honrados herederos, en la tierra, de toda la Fe y Devoción que Amalia derramó en sus días entre nosotros. DESCANSE EN PAZ.
Es de bien nacido, ser agradecido.
ResponderEliminarPor eso como miembro de su familia y como heredero de su devoción mariana hacia la advocación de los Dolores, quiero agradecer a los parroquianos, a los hermanos de la cofradía y a cuántas personas habéis mostrado vuestras condolencias.
Sin duda nos dejó cuando menos lo esperábamos, pero asi estaba escrito su destino, silenciosa, con sigilio, abrazada a la cruz. Rebosante de paz porque cruzó a la misma Gloria, hoy te recordamos con cariño y con aprecio cuántos hemos convivido contigo.
Ya forma parte de la historia, esa anécdota eterna del pasado Viernes Santo, cuando de lo mas profundo de tu alma vitoreastes a la Madre y Señora de Santa Cruz.
Hoy ya como estrella celestial, en ese balcón eterno, sentada y rodeada de cuántos seres queridos amastes, guias el destino de nosotros.
Mi mejor herencia, TÚ FE.
Amarte fue posible, olvidarte imposible.